jueves, 19 de marzo de 2009

Eugenio Montale. Italia,1896 - 1981


Poema 5 (de Xenia)

Del brazo tuyo he bajado por lo menos
un millón de escaleras
y ahora que no estás, cada escalón es un vacío.
También así de breve fue nuestro largo viaje.
El mío aún continúa, mas ya no necesito
los trasbordos, los asientos reservados,
las trampas, los oprobios de quien cree
que lo que vemos es la realidad.
He bajado millones de escaleras dándote el brazo
y no porque cuatro ojos puedan ver más que dos.
Contigo las bajé porque sabía que de ambos
las únicas pupilas verdaderas,
aunque muy empañadas eran las tuyas.



Rememoro tu sonrisa

Rememoro tu sonrisa, y es para mí como el agua límpida
hallada al azar en la pedrera de un arenal,
exiguo espejo en el que mira una hiedra sus corimbos;
y encima el abrazo de un tranquilo cielo blanco.
Ese es mi recuerdo; no sabría decir, en la distancia,
si en tu rostro se expresa libre un alma ingenua,
o si verdaderamente eres un fugitivo que el mal del mundo
extenúa
llevando su sufrir consigo como un talismán.

Mas esto puedo decirte, que tu imaginada efigie
sumerge mis caprichosas inquietudes en una oleada de calma,
y que tu semblante se insinúa en mi gris memoria
sencillo como la copa de una joven palmera...




Comentario

Poesía cargada de ausencias, de partidas, de lejanías, de velada esperanza. Montale estructura su obra en una libertad sorprendentemente ordenada, disciplinada. Decir con las palabras justas, lo que justamente se trata de decir sin abandonar el tinte hermético, es lo que caracteriza la poesía de Montale.
Una carga importante de pesimismo lastra sus versos, pero ello no transforma su obra en una poesía pesimista o desesperanzada, por el contrario, Montale amansa el contratiempo, doma la adversidad en la belleza de sus letras, desafía sabiamente el destino que avisora y lo enmarca, desconfiado, en la precisión de su poética.
Vocabulario cotidiano. El esplendor de la sencillez que la sabiduría otorga. Un orden de libertad en una hermosa estructura. Esa es la poesía de Eugenio Montale.



Eugenio Montale. (Génova, 1896 -1981)

Poeta italiano que aportó una visión absolutamente personal de la problemática y las inquietudes del hombre contemporáneo, partiendo de los hallazgos formales del simbolismo y del decadentismo, a los que enriqueció con una voz inconfundible. Considerado con frecuencia uno de los fundadores del hermetismo italiano de entreguerras, la singularidad de su poética desborda no obstante los presupuestos teóricos de este movimiento. En 1975 se le concedió el premio Nobel de Literatura.
Inició sus estudios de letras en su ciudad natal, dedicándose sobre todo a la frecuentación de los clásicos italianos, de la novela francesa y de filósofos como Schopenhauer o Croce, pero los interrumpió por motivos de salud y para aprender canto lírico. Intervino como oficial de infantería en la Primera Guerra Mundial, al terminó de la cual empezó a relacionarse con los círculos literarios de Génova y Turín, llegando a participar en la fundación de la revista Primo tempo, muy influyente pese a que sólo se publicaron ocho números.
En 1927 se trasladó a Florencia para trabajar en la editorial Bemporad durante un breve período, ya que muy pronto fue nombrado director del gabinete científico literario G. P. Vieusseux, cargo del que fue destituido diez años después por haberse negado a inscribirse en el partido fascista. Se dedicó entonces a la traducción y a la crítica literaria, sobre todo después del segundo gran conflicto bélico, cuando se trasladó a Milán para ocuparse de la sección literaria del Corriere della Sera.
En su primera colección de poemas, Huesos de sepia (1925), casi todos ambientados en los paisajes y escenarios en los que pasó su infancia, expuso ya los temas más característicos de su poética: un sentimiento de cansancio y de soledad, una angustiosa desconfianza en la vida y la conciencia de la inutilidad de cualquier lucha. A través de endecasílabos fragmentados, en un casi sinfónico empleo del verso libre, expresó allí el "mal de vivir": la irremediable derrota del hombre.
Su siguiente libro fue La casa dei doganieri (1932), y ya en el tercero, Le occasioni (1939), sin abandonar la introspección pesimista, parecía abrirse un resquicio a la presencia de "ocasiones" o casualidades.
Tras Finisterre (1943) publicó La bufera e altro (1956), uno de sus más celebrados libros, y acaso el punto en el que su poesía "directa pero difícil, familiar pero esencial, prosaica pero con frecuencia sublime", al decir de su traductor Manuel Durán, concilia el escepticismo con la vitalidad.
Ya en la vejez, Montale entregará todavía las crónicas de Cuaderno de cuatro años (1977), la sabiduría teórica de Sobre la poesía (1976), y fundamentalmente los memorables poemas de amor que integran las dos partes de Xenia (1964-1969) y el testamento de su estética y su concepción del mundo que significó Satura (1971). Montale falleció en Milán en 1981.

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