lunes, 16 de marzo de 2009

Mi niña y el napalm

Ya nada
nos queda aquí, al borde, antes
de los delgados hilos donde cantan
gorjeantes los pájaros azules
tu transparente decapitación.
José Ángel Valente.
I.

El agua de la mirada dice de sus pasos cuando se van,
qué bellas son tus alas mi niña y tu boca de llantos en el color del incendio.

Y dice de la muerte bellezas; de la espera dice interminable,
de la tarde llevadora de recuerdos, pintadora de soles grandiosos
- por si la oscuridad fuera dura -
y los zancudos que sobrevivan quieran sorbernos las sonrisas.
De Mi niña y el napalm, Roberto Casanova G.

1 comentario:

  1. Acá estoy ,Amaro, dispuesta a seguirte,sabiendo de tu rectitud y tu conocimiento, se que este blog será excelente.

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